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			televisión que nos alimenta, un arma peligrosaPor Gabriela Marinelli
 El diario Clarín publicó ayer una nota sobre una tragedia 
			desencadenada tras la emisión de un programa llamado “Prensa Rosa” 
			que se emite por el canal español Antena 3, en el que éxito del 
			ciclo está basado en la revelación de los participantes de las 
			miserias humanas, y es especialista en enfrentar parientes 
			enconados, amigos que se odian y tratar de reconciliar a parejas 
			rotas, entre otros temas. Pero lo interesante caso es que tras este 
			hecho trágico, la televisión, o mejor dichos sus dueños y 
			legisladores se pusieron a pensar en la “telebasura”, y en el que 
			todo vale y nada se controla.
 
 En la Argentina este tipo de programa midió muy bien hacia fines de 
			los ´90 y principios del 2000, aquí se los rotuló como talk show, 
			fueron conducidos por Lía Salgado y Moria Casan, aunque María Laura 
			Santillán, en Causa Común intentó darle un marco más serio, pero las 
			temáticas eran similares.
 
 Lo importante es que por primera vez, a pesar de que sea en otro 
			país, estos temas salen a la luz y se empieza a notar preocupación 
			por la existencia de programas de televisión que estén propiciando 
			el reencuentro entre maltratadotes y sus víctimas, sólo por aumentar 
			el raiting.
 
 En canal 13, por las tardes Ileana Calabró intenta unir parejas y es 
			arriba del escenario donde las partes exponen sus problemas para 
			encontrar un compañero, o quizás se plantean posibles soluciones al 
			aire de un conflicto conyugal. Un ejemplo de ello, fue a mediados de 
			mayo, cuando la conductora, en ese entonces Claribel Medina 
			intentaba ayudar a una pareja a resolver con calma la noticia del 
			embarazo de la mujer, y la negación por parte del novio/amigo, que 
			asegura no tener nada que ver con esa paternidad.
 
 La periodista Alejandra Pataro hace una reflexión sobre el tema y 
			menciona la ley contra la violencia de género que el gobierno de 
			Rodríguez Zapatero alumbró en el 2004, y que ya cosecha resultados 
			concretos. La legislación ha permitido llevar ante la justicia los 
			casos de miles de mujeres maltratadas. Pero Pataro aclara que de por 
			sí la ley sola no es suficiente, ya que no puede resolver todo un 
			problema que deja casi cien muertos por año. Menos aún, si la 
			televisión, en vez de cooperar, atiza grosera e irresponsablemente 
			las emociones patológicas de las que se nutre el fenómeno.
 
 
 Gabriela 
			Marinelli |